A veces, sientes tanta cosas al mismo tiempo que se mezclan, todas como un batido de frutas dentro de nuestra cabeza, y cuando intentamos saborear el batido, no sabemos muy bien a que sabe. No sabemos muy bien lo que sentimos, pero lo que si podemos saber es si sabe bien, si es algo bueno.
Por primera vez en mucho tiempo, el balance interior sale positivo, y aunque sigo sin saber a que sabe el batido, de momento me conformo con saber que es dulce.
Supongo que ya he llegado a la primera parada de mi viaje en tren con destino desconocido. Para la siguiente quizás haya aprendido a diferenciar las frutas y a disfrutar de cada una de ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario