A veces nos esforzamos tanto en encajar, en caer bien a la gente, en parecer interesantes y divertidos, que perdemos la esencia de lo que somos. Supongo que alguien, en respuesta a esa frase, pensará "mejor, cuanto menos yo sea, mejor", pues no mozos, no. Todo el mundo tiene algo genial, que el resto del mundo no tiene, y los hace característicos. El problema viene cuando intentamos encajar en un grupo homogéneo, que por culpa de nuestro subconsciente, reprimimos nuestra esencia. Nos volvemos corrientes y aburridos, pero a ojos de nuestro cerebro, que nos engaña, creemos que así es como debe ser.
A veces, cuando alguien baja la guardia y deja ver como es en realidad te das cuenta de que es no es como aparenta. Porque, en esencia, todos somos geniales a nuestra manera.
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