martes, 17 de enero de 2012

Yo confieso

Confieso que antes de contarle mi vida y mi subconsciente a un blog, se la contaba a un cuaderno donde discurría sobre temas filosóficos de mi vida, y sin seguir ningún patrón periódico en particular, es decir, que escribía lo que me daba la gana y cuando me daba la gana. Pero eso sí, con un propósito, y lo dejé bien claro en la primera hoja de ese cuaderno "El propósito es que cuando lo lea dentro de un tiempo me de cuenta de si he cambiado en algo".

Hoy, que por algún motivo que desconozco estaba mirando mis libros de la estantería en vez de estar (puto) estudiando, he encontrado ese cuaderno. Pobre, a saber cuanto llevaba allí. Y yo, para calmar mi instinto curioso característico de la raza humana, me he leído lo que escribí el último día que hice uso de ese cuaderno.

Y si hay algo que me ha quedado claro, porque pocas cosas me ha dejado claras, es que cambiamos todos los días. No nos damos ni cuenta, pero día a día dejas de ser, un poco, como tu yo del pasado, y empiezas a ser, otro poco, como tu yo del futuro. Pero claro, como ese poco, es una parte infinitesimal de ti (si amigos míos, estaba tardando en salir la ingeniera que llevo dentro), no te das cuenta de lo que has cambiado hasta que se han juntado muchas partes infinitesimales, y te sorprendes a ti misma, dándote cuenta que de que no tienes nada que ver con tu yo de hace unos meses.

1 comentario:

  1. Anónimo0:34

    Muy de acuerdo, no tengo nada que añadir, pero quería comentar ;)
    Posiblemente ha sido un impulso de la racionalidad de mi yo del futuro, o de la imbecilidad de mi yo del pasado... o de la racionalidad de mi yo del pasado o la imbecilidad de mi yo del futuro, vete tu a saber...
    qwerty*

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